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Una receta casera, sencilla y bien sabrosa: hígado con verduras y sojanesa. El hígado se hace más agradable al paladar si va acompañado de unos ingredientes que mitiguen un poco su sabor (como es el caso de la cebolla por su punto dulce), pues a algunas personas les resulta un poco desagradable.
Antes de comenzar con la receta, permítanme que comparta con ustedes algo que me sucedió ayer y es que volví a toparme con la dificultad de poder comer cualquier cosa rápida fuera de casa. Ya he comentado que debido a la proctitis cuento con limitaciones alimenticias, se trata de una lista amplia. Básicamente nada picante ni irritante, las verduras deben estar cocinadas, nada de lactosa ni alcohol (salvo evaporado para la comida y blanco, el tinto me sienta muy mal), no tolero alimentos que producen gases como brócoli, coles, garbanzos, etc. (aunque ya comienzo a aprender trucos para la cocción de los garbanzos, judías y demás), el tomate y el pimiento me producen acidez y pesadez. Imagínense que hasta el jamón cocido lleva lácteos o especias. No es que la alimentación provoque un brote de sangrado con las pertinentes llagas en la parte interna del ano y expulsión de mucosidad, esta enfermedad es autoinmune, pero sí que puede producir inflamación, gases y dolor, mucho dolor. Por lo cual, cuando salgo fuera de casa me gusta saber qué como.
Les intentaré transmitir lo acontecido ayer en un bar a las 15:45 Entramos a una cafetería conocida por mi marido (solía desayunar allí, durante años). Se acerca el camarero y nos pregunta qué vamos a tomar. Me pido un zumo natural (sin leche) con papaya y melón. Le consulto que si limpian el recipiente y me dice que me despreocupe, que sí. A la hora de escoger medio bocadillo llegó el dilema. Llevo tiempo atreviéndome y tanteo si puedo tomar alguna cosa que no sea bocadillo de jamón serrano, que es una apuesta segura. En esta ocasión probé si sabían qué ingredientes llevaba la pata asada. Uno de los camareros me respondió que lleva 11 años trabajando allí y que solo sabía la empresa que la producía, nada más. Bueno, pruebo de nuevo, esta vez con la tortilla de papas (viendo un hermoso trozo en el expositor) y ante mi sorpresa me responde que no le queda. Y como no hay dos sin tres, voy de atrevida y le digo: «¿La pechuga de pavo es solo a la plancha, sin nada?» Ante lo cual me contesta alegremente que la pechuga de pollo la adoban, pero que me la puede pasar por el grifo. Y añade: «bueno, tú ya estarás acostumbrada a no poder comer fuera de tu casa porque en donde te digan que la carne no está preparada con picante, te engañan. Todos usamos la misma técnica para conservar los alimentos y no te puedo dar nada de comer». Saben ustedes esa sensación de bloqueo interno, malestar, incomodidad, no encuentro la palabra exacta para describir la emoción. Ver cómo me miraba y respondía sonriendo, sumado a la gran disposición… Cuando volví a la mesa para comentárselo a mi marido, se quedó asombrado.
Mi decisión ante esta circunstancia, sencilla: pagar y marcharnos. Buscamos otro sitio y pedimos el famoso bocadillo de jamón serrano, la apuesta segura que mencioné al principio. A pesar de todo esto, que forma parte de mi día a día, sigo intentándolo, me refiero a comer fuera de casa. Desde aquí animo a todos los que cuentan con problemas alimenticios a buscar un sitio en el que se sientan como en casa, como mínimo uno. No podemos hacernos responsables de la afabilidad o disposición del otro, debemos partir de esta base para no decaer. Hay que seguir adelante.
Después de todo esto, les invito a saborear un plato. ¿Les apetece comer un poco? Seguro que a muchos no les gusta el hígado de ternera. A mí no me agradaba, hoy en día me encanta y lo tomo como algo esporádico y especial. Si les sienta bien la cebolla, les va a gustar la mezcla con el hígado, la combinación resulta muy agradable. Vamos allá, manos a la obra con esta receta sencilla, cosa típica de la mayoría de mis platos. ¿Preparamos unas verduras para acompañar los filetes de hígado y una mayonesa con soja?
INGREDIENTES PARA 2 PERSONAS
Para las verduras y la carne: 1 cebolla hermosa cortada en trozos grandes, 1 zanahoria cortada en tiras, 1 calabacín cortado en tiras, 3 filetes de hígado, aceite, sal, hierbas (orégano y estragón o las que más les agraden) y ajo en polvo.
Para la mayonesa: 2 dedos de leche de soja del tiempo, 3 dientes de ajo, unas ramas de perejil, aceite de oliva suave o girasol o mezclado (la opción que les guste más) y un poco de sal gruesa.
ELABORACIÓN
Preparación de las verduras y la carne: poner un poco de aceite en una sartén y dorar la cebolla. Cuando comience a coger color, añadir la zanahoria, a los 10 minutos el calabacín y cocinarlo hasta que adquieran el punto de cocción que más les guste (mucho o poco). No dejen de remover. Ya casi al final añadir la sal, el ajo en polvo y orégano (o las hierbas aromáticas que más les agraden). En otra sartén, cuando la verdura esté casi hecha, verter un poco de aceite y extenderlo con una servilleta de papel. Incorporar los filetes. Se formará una especie de capa negra del líquido que soltarán, pero se le quita con facilidad y mejor limpiarlos a media que vean esa capa. Aderezar por un lado con sal y orégano. Dar la vuelta cuando vean que están bien hechos y repetir el proceso.
Preparación de sojanesa: introducir en el vaso un poco de sal gorda, los ajos, el perejil, la leche de soja (del tiempo) y un poco de aceite de oliva suave (me gusta el sabor, si les parece muy fuerte lo pueden hacer igual solo con aceite de girasol). Triturar con el brazo sin mover (dejarlo fijo en la parte baja). Seguir añadiendo el aceite poco a poco, dejándolo caer como un hilo fino y cuando lo vean un poco más espeso, subir el brazo y añadir un poco más de aceite. Continuar subiendo y bajando el brazo a fin de conseguir la textura final deseada. Queda bastante espeso y se conserva durante tiempo al no llevar huevos, como 5 días, en la nevera. Si están a dieta, eliminen la sojanesa, el resto de los ingredientes de este plato los pueden tomar sin problema. Si no cuentan con limitaciones o alergias, incorporen las verduras que más les gusten.
Joé, qué mala sangre tienen algunas personas por ahí… Yo creo que no es tan difícil y sbaiendo que cada día más personas tienen intolerancias a muchas cosas, el que ni se molesten en ampliar sus miras me parece odioso. Luego los establecimientos de hostelería se quejan de que la ley antitabaco les está perjudicando, pero ellos no se molestan en mejorar y atraer a más clientes. Una vergüenza, Rosy… No veas la de discusiones que he tenido yo por el asunto del tabaco y terminaba saliendo tan ancha del local. Vamos…
A mí sabes que me encanta?. El hígado encebollado y me queda muy rico. No te gusta a ti?. Puedes eliminar la pimienta negra; el clavo puedes tomarlo?. Si no, anís estrellado.
Tomo nota de tu mahonesa… Y siempre es la mejor opción una carne con verduritas: snao y de rechupete.
Feliz fin de semana Rosy. Y para Fernando tb! Un besote
Felicidades por tu nuevo blog Rosy, ya veo que no es nada fácil para ti poder comer en los restaurantes, y todos tenemos algo de culpa por que deberíamos tomar conciencia de los problemas alimenticios que mucha gente sufre y ofrecer alternativas.
En fin, hay que seguir luchando.
Tomo nota de esta receta y sobre todo de la mayonesa, ¡¡muy buena idea!
Un beso,
ELX
Laura, no todo el mundo siente o piensa de la misma manera y aunque uno se vea limitado en la alimentación, no puedes hacer más. ¿Te sabe mal? Sí pero no hay de otra, salvo asumir y seguir adelante. Yo sé que a ti te puede porque tu corazón es muy generoso.
Sí que me gusta el hígado encebollado. Hago una receta muy rica, adaptada de una antigua. A ver si la preparo y la subo. No, no puedo tomar el clavo. Un beso y gracias por tus maravillosos comentarios y por seguirme receta a receta.
Elx ¡qué alegría verte por aquí! Respecto a lo que comentas decirte que creo que resulta difícil que alguien pueda entender lo que no le sucede. Tal vez sea la base del problema de concienciación o no, bueno, la verdad es que no se…
Vuestras palabras, un regalo pues ambas cocináis de maravilla. ¡Gracias! 🙂
Hola preciosa,
¡menudo capullo el camarero! Lo mejor que hicieron levantarse y marcharse.
El bocata de serrano está muy rico pero a quién no le gusta variar, es normal que te apetezcan otras cosas.
No soy mucho de hígado, pero esta receta me parece muy sabrosa.
Un beso y feliz fin de semana
Ana, cariño, yo creo que el pobre no tenía capacidad de adaptación ni estaba en su ánimo. Esto nos lo podemos encontrar habitualmente y no nos queda de otra que dar la vuelta a la tortilla nosotros porque si no lo hacemos así, lo que nos va a pasar es que nos enfadaremos y la cosa empeoraría. Bueno, eso creo yo. Cuando pruebes la receta ya me dices si te ha gustado. Me interesa mucho porque como dices que el hígado no es de tu agrado. Recuerda, mucha cebollita que eso le da un toque rico al hígado y con un buen alioli, por ejemplo, está de vicio rico. Besos y feliz fin de semana.